domingo, 9 de octubre de 2011

Esperanzador inicio

Zamudio Basket 81  Parque Bilbao 71
Hoy es el primer partido de la temporada. Yo no tendría que estar aquí, al menos como entrenador. Se ha decidido, alguien lo ha hecho, he sido yo quizá, que es mejor tener nuevo míster. Mas no lo hay, todavía no. Mientras, me toca otra vez. Una vez más, solo que ahora más viejo, más ciego, más oxidado... En fin, a ver lo que ocurre en el primer partido. No lo veo claro. De hecho, no lo veo. ¿Por qué voy a ser de nuevo el entrenador?
Hoy me toca tomar decisiones que sé que no van a gustar. En la reunión de esta semana he sentado unas bases. Hay que cumplirlas. Ser entrenador es un coñazo. ¿La gente pensará que tiene ventajas? Si al menos fuera un equipo femenino...
Hay gente nueva, al menos correremos, al menos habrá otra intensidad defensiva. Lo que no tengo tan claro es si el ataque tendrá sentido. Están calentando los jugadores, a mí me está calentando el calor del pabellón, y la actitud del equipo local. No nos dan agua. Miento, sí nos dan, nos ponen un botellín en una banda. Será por ahorrar agua, o por no gastar en botellas. Tampoco se molestan en ponernos los banquillos junto al campo, dejándolos frente a una pared. Será para ahorrar energías. Si es por ahorrar, yo ahorro en saludos.

Comienza el partido, tres minutos y vamos igualados; minuto 6 y Zamudio ya gana por 9. Parece que se repetirá la historia de nuestro último partido contra este equipo. Sin embargo, no es así. Siempre estamos por detrás pero damos una muy distinta imagen. Jugamos mejor, atacamos mejor, defendemos..., bueno, de vez en cuando defendemos. Diferentes y concretos errores nos hacen perder un partido en el que al menos competimos hasta el final. Algo ha cambiado, aunque no es el entrenador. Esperanzador inicio.

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