Comenzamos mal, continuamos peor. Poca intensidad defensiva, poca concentración, mal ataque. En definitiva, al descanso perdiendo. Dos parciales desfavorables, en el segundo y tercer cuarto y Saskel consigue su máxima ventaja de dieciséis puntos.
Para entonces la anotadora ya ha comenzado a liarse con el acta, y a no tener claro dónde apuntar las canastas de uno y otro equipo. Se nos anuló una canasta señalada en el acta, posteriormente no se anotó otra, aunque el árbitro decidió corregir esto.
En plena vorágine de desconfianza hacia lo que la anotadora apuntaba, nuestra defensa cambió radicalmente. Comenzamos a defender, comenzamos a creer, tanto dentro del campo como fuera de él. El banquillo se mostraba activo, intenso incluso; el público también. E iniciamos una remontada que se hizo efectiva casi entrando en el último minuto, cuando nos pusimos por delante. Durante ese último minuto, el errático porcentaje en tiros libres (lo que fue una rémora para el equipo visitante en todo el partido) pudo decidir el ganador, pero no lo hizo y llegamos a la prórroga.
En ella, tras unos momentos iniciales de desconcierto volvimos a hacer correctamente lo que había propiciado la remontada anterior, y conseguimos una victoria importante, que tan sólo un rato antes ya creíamos perdida.
Ai se eu te pego
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