Demasiado agobiados en el ataque ante la defensa individual de palo-cesto del equipo local. Ante un árbitro que no ha tenido interés en pitar y una defensa intensa no hemos sabido circular adecuadamente el balón, y de ahí que no hayamos obtenido ventaja en el ataque y los tiros hayan sido demasiado rápidos e imprecisos..., cuando hemos llegado a tirar.
Ante esto cabía apelar a nuestra defensa, la cual ha estado falta de algo de intensidad, principalmente en la primera parte, y de inteligencia, tanto en el campo como desde el banquillo, puesto que el único peligro local venía de un jugador.
Con precipitación en ataque y mal timing en la mayoría de las acciones, y una defensa poco inteligente, no podíamos más que perder el partido.
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