La ilusión comienza, quizá, con la necesidad de creer, con la creencia de la posibilidad, con la posible certidumbre del título de copa.
Estoy convencido de que se ganará la final al barcelona. Nombrarlo en minúscula no hará a este equipo menos mayúsculo, mas pienso que hoy sí lo será. Vale que se retira su entrenador, que su grado de motivación será alto cuanto menos, vale que cuentan con cierta pléyade de estrellas, algunas más que en el Athletic..., sólo algunas más. Pero hoy es 25, y significaría la copa número 25 para Bilbao. Esto no puede ser más que una confabulación astral para que la ilusión de los más de treinta mil seguidores que nos trasladamos a Madrid se materialice en júbilo.
Así que el motivo que nos mueve a trasladarnos a la capital del reino es la ilusión. La que no parece tener su gobernadora general, la ínclita espe. Si no fuera porque no trabaja en un circo (o tal vez sí) me haría reir. Tampoco andan muy ilusionados los personajes que han ordenado multar a todos aquellos conductores que lucen banderas del Athletic en su camino hacia la final. Ni tan siquiera algún presidente de uno de los llamados clubs grandes de europa, cuyo agradecimiento con la ciudad que da de comer a su propio equipo, y con los ciudadanos foráneos que también ayudan indirectamente a crecer su prestigio, simplemente se queda en algún cajón del bernabeu. Es lo que tiene ser grande o tan sólo presumir de ello. Así que la final será en el vicente calderón.
En cualquier caso voy, como tantos otros al Ahtletic hiria. El ambiente es descomunal, la salida de metro de Pío ya me indica que la afición rojiblanca es especial. Puede ser una fiesta, un espíritu ganador, un sentimiento, todo ello al mismo tiempo. Cuialquiera que sea la razón que ha impulsado a tal marabunta de gente a venir hasta aquí, sin duda el motivo principal es la ilusión.
Recorro con parsimonia la bajada hasta la carpa, la famosa carpa del Athletic. Me impresionan los dos colores que ocultan las campas, el asfalto e incluso como cualquier bilbaíno de pro se atrevería a aseverar, hasta el sol. Los colores rojo y blanco se han apoderado de esta zona de madrid. Aquí se está viviendo algo grande..., y aún no ha comenzado la final. Continúa la ilusión...
Considero que ya es el momento de buscar a mi amigo y a su peña futbolera. Pero esto será una odisea. Perdido entre un mar de ilusiones, que pronto se tornará océano, me dispongo a ver la final, me preparo para compartir las esperanzas de toda esta gente. Sin embargo, lo que veo en los próximos minutos no me gusta, ni aquí en el Athletic hiria, ni mucho menos en el vicente calderón, al que accedemos por una pantalla gigante...
Efectivamente, el 25 ha sido un factor predominante esta noche. La ilusión nos ha durado eso, 25 minutos.